¡No hay vuelta atrás!
• Por Antonio Ledezma
Las elecciones de medio término celebradas el domingo 26 de octubre en Argentina han enviado un mensaje claro y contundente: la ciudadanía ha respaldado, con firmeza, el plan de reconstrucción impulsado por el presidente Javier Milei. En un contexto de polarización y desafíos económicos, los argentinos enfrentaron una disyuntiva crucial: aferrarse a un pasado marcado por políticas populistas y clientelismo o apostar por un futuro de oportunidades, libertad y estabilidad económica. Los resultados reflejan que la mayoría optó por lo segundo, renovando su confianza en un proyecto que busca reposicionar a Argentina entre las grandes naciones con economías vigorosas.
El triunfo de las ideas de Milei no es casualidad. Su discurso, centrado en la libertad individual, el libre mercado, la sensatez fiscal y la transparencia, ha resonado en una sociedad agotada por décadas de promesas vacías y políticas insostenibles. Las urnas han demostrado que los argentinos han desestimado las tentaciones nostálgicas de un modelo basado en “ayuditas clientelares” que, aunque atractivas a corto plazo, son “pan para hoy y hambre para mañana”. La ciudadanía, consciente de las alarmas encendidas en las semanas previas, revisó sus convicciones y optó por un camino de cambio estructural, dejando atrás los vicios de un sistema que prometía mucho y entregaba poco.
Un factor clave en este respaldo ha sido la capacidad de Milei para reflexionar y adaptarse. Lejos de mostrarse inflexible, el presidente ha evaluado sus estrategias y ha ajustado su tono para conectar con un electorado diverso. Su disposición a tender puentes con otras fuerzas políticas, como el PRO liderado por el expresidente Mauricio Macri, ha fortalecido su posición. La presencia de figuras de peso como Patricia Bullrich, con gran capacidad de movilización, también ha jugado un rol importante. Milei ha sabido apoyarse en líderes que inspiran confianza, hablando siempre desde la verdad y con un mensaje claro: el rumbo iniciado, aunque exigente, está mostrando resultados concretos.
Los primeros logros de su gestión —evidenciados en indicadores económicos incipientes y en un renovado optimismo— han consolidado la esperanza de los argentinos en un proyecto que no promete atajos, sino esfuerzo y compromiso colectivo. Este respaldo electoral no solo valida las políticas de Milei, sino que también marca un punto de inflexión: Argentina ha decidido no volver atrás. Los argentinos asimilan las lecciones de ese oscuro pasado reciente, en el que deslumbraron las mal llamadas políticas sociales reducidas a mendrugos. Los ciudadanos comprenden que el mejor programa social está basado en contar con una educación que forme emprendedores, mejores ciudadanos, capaces de generar riquezas para sí mismos, sus familias y posibilidades ciertas de engrandecer a su nación. No hay mejor ayuda social que tener asegurado un empleo estable con una correlativa remuneración que garantice vivir dignamente.
Basta del populismo que juega a la “ruleta rusa” con los signos monetarios; que trastoca en imprentas los institutos emisores para fabricar dinero inorgánico y por esa vía potenciar el déficit fiscal con su devastador derrame de inflación. Es hora de tomar conciencia que los servicios públicos más caros son los que fallan como ocurre en Venezuela en donde son frecuentes los cortes de electricidad y lo que sale por los grifos es agua cruda que enferma a los consumidores. Ese modelo infernal del “Socialismo del Siglo XXI” lo que deja a su paso es desgracias, ruinas y miserias.
La tarea ahora es mantener el rumbo, consolidar los avances y seguir construyendo un país que, con trabajo y determinación, pueda recuperar su lugar en la cima de las naciones prósperas. Por ese camino avanzamos también avanzamos los venezolanos de las manos de Maria Corina Machado y Edmundo Gonzalez.